domingo, 28 de octubre de 2012

Primera naturalista costarricense, Amparo López-Calleja.


Primera naturalista costarricense. Amparo López-Calleja

Gabriel Quesada Avendaño
Instituto Costarricense de Ecología Aplicada




Resumen

Amparo López-Calleja Basulto, nace en Nuevitas, provincia de Camagüey, Cuba, el 7 de agosto de 1870. Francisco, su padre, junto con su hermano Manuel, lucharon por la independencia de Cuba contra el imperio español, durante, la que se conoció como la Guerra Grande (1868-1878). Tuvo que abandonar su país natal con sus dos hermanos a los tres años de edad, ya que  su vida estaba en peligro, era el inicio de la guerra de independencia en Cuba. Creció, se educó y desarrolló múltiples actividades sociales, políticas y científicas en Costa Rica.  Se involucró en proyectos públicos y privados, como la creación de instituciones para proteger a los niños, los enfermos y a los ancianos. Fue reconocida nacional e internacionalmente por su interés en la historia natural y la orquideología.  Desilucionada de la situación política de Costa Rica, se trasladó a Honduras, donde continuó sus actividades sociales. Murió en Tegucigalpa, el 20 de abril de 1951. El legado biológico y social de  esta extraordinaria mujer la convierten en la primera naturalista costarricense.

Palabras claves:

Independencia de Cuba, actividades sociales, polítcas y científicas en Costa Rica, orquídiología, primera naturalista.

Abstract
Amparo López-Calleja was born in Nuevitas, Province of Camagüey, Cuba. August 7, 1870. Francisco, her father, and Manuel her uncle, fought in The Ten Year War against Spain (1868-1878). Due to political reasons, she left Cuba when she was three years old with her two brothers.because her life was in serious danger. It was the beginning of the war of independence in Cuba.  She grew up and was educated in Costa Rica where she performed a wide variety of  social, political and scientific activities. She created public and private institutions to protect children, ill and elder people. Nationally and internationally recognized for her contributions to natural history and orchidology. Disappointed from local politics in Costa Rica, she moved and died in Tegucigalpa, Honduras on April 20, 1951. This extraordinary woman is considered the first Costa Rican naturalist for  her biological and social legacy. 

Key words:
Cuban Independence, social, political and scientific activities in Costa Rica, ochidology, first Costa Rican naturalist.

Amparo López-Calleja Basulto, nace en Nuevitas, provincia de Camagüey, Cuba, el 7 de agosto de 1870. Su padre Francisco López-Calleja Pereira cubano, hijo de Juan López-Calleja Menéndez-San Pedro y de María Isabel Pereira Falcón, asturianos  que migraron a la isla de Cuba a principios del siglo 19. Su madre Trinidad Basulto Aguiar también cubana, se había casado en primeras nupcias con su hermano Juan Bautista López-Calleja Pereira, quién murió muy joven.  Por eso, Amparo, tuvo dos hermanos mayores por parte de madre, Aurelio y Alfredo.

Francisco, junto con su hermano Manuel, lucharon por la independencia de Cuba contra el imperio español, durante, la que se conoció como la Guerra Grande (1868-1878). Manuel fue reconocido en Cuba, como uno de sus héroes y mártires históricos. Posteriormente, Francisco, migró a Costa Rica, ya que no quiso vivir bajo la dominación que había combatido en la manigua camagüeyana,  razón por la que adoptó Costa Rica como su segunda patria.  José Martí en uno de sus escritos hizo alusión a Francisco, cuando afirmó  Allá del lado Atlántico por el río Matina, los plátanos son tan altos como la palma real, y es un cubano, que dio su sangre a Cuba, quien creía en la tierra amiga el platanal mejor” (Martí, 1992).  Francisco se había comprometido con la independencia de Cuba en todos sus extremos, por lo que los jóvenes independentistas lo consideraron un patriota.

Amparo tuvo que abandonar su país natal, a los tres años de edad ya que la vida de la niña estaba en peligro, era el principio de la guerra de independencia en Cuba. Junto a sus hermanos y José Encarnación, un negro que trabajó en las fincas de los López-Calleja, partió rumbo a Jamaica.  De Jamaica viajó a Panamá, luego a Puntarenas y vivió por un tiempo en la ciudad de Alajuela. Sus hermanos, Aurelio y Alfredo, montaron una panadería es esa ciudad con la ayuda de Osbaldo Odio Boix, santiaguero, cubano que radicaba en Costa Rica desde 1879 y que había migrado al país por la dura situación económica y política que sufrió su familia,” después de la Guerra Grande (Obando, 2009). Razón por la cual, las familias López-Calleja y Odio han tenido una relación de amistad de muchos años, es especial entre mi padre Ricardo Quesada López-Calleja, mi madre Margarita Avendaño Jiménez, Julieta Odio Cooper y su hija Margarita Carazo Odio.

Francisco, su padre, en el exilio, compró la finca Bonilla en el cantón de Turrialba. Puso en práctica su conocimiento como agricultor y ganadero, y estableció un hospital donde llegaban personas de todas las partes, en particular gente de bajos recursos económicos.  “Chico López”, como lo llamaban sus amigos, se convirtió en hombre querido y popular en la zona. Murió en la ciudad de San José, alrededor de 1915 (Gómez, 1924). 

Amparo siempre mantuvo una estrecha relación con los grupos independentistas de finales del siglo XIX y funda el Club Revolucionario Femenino Cubano en Costa Rica, organización ligada al movimiento de 1895, última etapa de la guerra de indpedencia de Cuba (Caballero, 1982).   

Es educada en Costa Rica, Cuba y se graduó en las escuelas de alta cocina de Boston, Estados Unidos. Regresa a Costa Rica en 1893 y se casa con José Cástulo Zeledón Porras, dos años más tarde, el 8 de mayo de 1895.  De esta unión no hubo descendecia, por lo que ambos, cuidaron  a sus sobrinos y a niños discapacitados, ya que sus hermanos vivían en sus fincas, en la provincia de Cartago.

José Zeledón, uno de los fundadores del Museo Nacional en 1887, fue el primer ornitólogo costarricense y discípulo de Alejandro von Frantzius.  Zeledón había estudiado en el Instituto Smithsoniano, recomendado por su mentor von Frantzius, junto a Robert Ridgway, otro importante ornitólogo estadounidense.  Además, Zeledón preparó el terreno para que muchos costarricenses se formaran, en el Smithsonian, que era la institución científica más importante de la época. José volvió a Costa Rica con la expedición que organizó William Gabb en 1872 y fue nombrado el zóologo de la expedición. 

Alejandro von Frantzius había fundado la Botica Francesa, en la cual estuvo involucrado el joven  Zeledón. Posteriormente, la botica pasó a manos de José, en compañía de Federico Hermann. La Botica Francesa, se convirtió en una de las principales proveedoras de  fármacos en Centroamerica (Savage, 2002).  

Una anécdota interesante, en relación con la forma como Zeledón administraba la botica, fue cuando un cliente de Guanacaste, pidió un número de un hilo que no se conseguía en San José. Al ser informado Zeledón por un empleado de la botica, éste le respondió, si no existe en plaza, consígalo en Cartago, Alajuela o Heredia.  El empleado de inmediato le respondió, la cantidad es muy pequeña y costaría carísimo por tanta diligencia. José le dijo, más caro le costaría a mi cliente si tuviera que venir a buscarlo y no existe razón para eludir un servicio a esa persona. La botica Francesa no solo producía sus medicinas, sino que fue un importante centro de salud para los costarricenses.  

La botica tuvo problemas financieros en 1920. Sin embargo, Aurelio, el hermano mayor de Amparo, volvió a Cuba y logró recuperar las fincas que los españoles les habían confiscado durante la Guerra de Independencia. Con el dinero que vendió las fincas, salvó La Botica Francesa de la ruina  y  continuaron favoreciendo a mucha gente con sus medicinas. 

Tres años después, José realiza un viaje a Italia con su esposa y sobrinas, Adelia y Hortensia López-Calleja Fuentes. José muere sorpresivamente en Turín, el 16 de julio de 1923, por lo que Amparo tuvo que asumir la conducción de la Botica Francesa y continuar con el trabajo iniciado por su esposo (Diario de Costa Rica, 1923).  Siempre ayudó a los más necesitados desde la botica. 

Presidió la Gota de Leche, institución creada para remediar los problemas económicos a niños pobres y la Casa del Refugio, asilo de niñas huérfanas e institución donde se enseñaba a las mujeres actividades para obtener un ingreso y hacerle frente a sus necesidades económicas. Creó la Escuela de Artes y Oficio, donde invirtió gran parte de su capital, para dar formación especializada al obrero (Coto, 1951).    

También formó parte de la Junta Directiva del Patronato Nacional de la Infancia, donde dio una fuerte batalla por los derechos y seguridad de los niños. Participó de forma conjunta con uno de sus fundadores, Luis Felipe González Flores. Promovió dentro de la organización, la incorporación de pediatras y psiquiatras para analizar los casos de niños abandonados por sus padres. Fomentó la creación de un teatro para niños en San José. Adquirió un terreno para construirlo, obra que no pudo concluir.

Participó activamente en el Reformatorio de Menores e impulsó la  educación formal dentro del reformatorio para que los niños pudieran reincorporaranse a la sociedad. Durante tres oportunidades propuso la creación del Hospital de Niños. La primera vez lo intentó con su esposo José, para lo que asignaron un capital y establecieron procedimientos para la administración del hospital. El intento fracasó por egoísmo de un sector que no comprendió la trascendencia del proyecto. Sucedió lo mismo en segundo intento y en la tercera oportunidad también fracasó a pesar de haber comprado el terreno y depositar una suma considerable para su construcción. Tuvo que abandonar la empresa porque faltó la cooperación de los organismos correspondientes. Destinó todos sus esfuerzos en la creación del Sanatorio de Niños Tuberculosos, donde logró concretar la obra. Construyó una sala para las mujeres ancianas en lo que se conoció como el “Asilo de Viejos”, ya que sólo existía una sala para hombres y no para mujeres. Su generosidad también la manifestó en apoyo a El Soldati, la Maternidad Carit y a los curas de San Bosco (Coto, 1951).

Se involucró activamente y convirtió su casa en cuartel general contra la dictadura de los Tinoco. En aquellos años, se encontraba en Costa Rica el general Manuel Chao, mexicano que había combatido en la revolución mexicana con el ejército de Francisco Villa (González, 2009). Conocedores de la trayectoria de Manuel Chao, un grupo de costarricenses lo nombra jefe de las fuerzas revolucionarias contra la dictadura. Muchos jóvenes costarricenses se unieron a la causa y la casa de Amparo se convirtió en un importante centro de operaciones de jóvenes revolucionarios. Víctor Quesada Carvajal, mi abuelo, conoció a Hortensia López-Calleja Mora, mi abuela, en aquel particular momento en la historia patria y fue uno de esos muchachos que se unió a las fuerzas de Chao.  La suerte de Chao no fue la mejor, es derrotado por la dictadura y muchos de los  jóvenes rebeldes, que estuvieron a su lado,  fueron aniquilados, capturados y encarcelados. Amparo continuó la lucha, a pesar de haber sufrido vejámenes y pérdida de su capital. Una vez concluido el enfrentamiento contra los hermanos Tinoco Granados, Joaquín asesinado y Federico exilado en Francia, se le quiso reconocer su ayuda y compromiso.  Amparo solo tuvo una frase  Se salvó el país, eso es todo” (Coto, 1951).
 
Tuvo fincas en Paquita y Parrita, antes de la llega de la United Fruit Company.  Una vez que la compañía llegó a la zona, un comisionista le propuso comprar sus fincas y ella las vendió en una suma considerable (20 millones de colones). El comisionista le preguntó: Doña Amparo que va a hacer con tanto dinero?  Ella le contestó de inmediato: Mire, voy a devolver este dinero a los que ustedes se la quitan (Soto, 1976). 

Se involucró intensamente en actividades científicas, junto a su esposo José C. Zeledón, colectando aves y plantas, en particular las orquídeas. Amparo despertó un  profundo interés por la historia natural de nuestro país y de Centroamérica. Su pasión por la biología le mereció reconocimiento en los Estados Unidos y en Europa, razón por la cual se convierte en pionera del naturalismo en Costa Rica. Financió a botánicos como, Adolfo Tonduz (suizo) y a Carlos Wercklé (francés), quienes colectaron más 20.000 especímenes para el Herbario Nacional (Hammel et. al, 2004).  Wercklé encontró  gran cantidad de orquídeas en las faldas de los volcanes, en particular una especie que descubrió en los bosques de La Palma, en la Cordillera Volcánica Central.  Amparo envió al orquidiólogo alemán Rodolfo Schlechter una cantidad considerable de esos especímenes que colectó Werklé y  que fueron recibidas por el botánico entre 1921 y 1923, la cuales fueron descritas como Orchidaceae Amparoanae en su obra Additamenta ad Orchideologiam Costaricensem (Ossenbach, 2009). Schlechter en reconocimiento a López-Calleja, bautizó a una de esas orquídeas con el nombre de Amparoa costaricensis Schltr. (Stanley, 1952). 

La especie de Amparoa costaricensis, fue modificada a beloglossa por su relación con los géneros Odontoglossum (Hammel, et. al, 2003).  Sin embargo, estudios genéticos recientes demostraron que el género Amparoa no podía separarse del género Rhynchostele, por lo que  la especie es conocida hoy bajo el nombre Rhynchostele beloglossa, cuya distribución biogeográfica se extiende desde el sur de México hasta Costa Rica entre los 800  a 1 850 metros sobre el nivel del mar (Ossenbach, 2009).  

A pesar de que  el género Amparoa costaricensis desapareció de la lista de especies de orquídeas, todavía existen algunos especímenes que conservan el nombre de esta extraordinaria mujer, entre los que se encuentran: Cycnoches amparoanum, Dichaea amparoana, Epidendrum amparoanum, Gongora amparoana, Isochilus amparoanus y Maxillaria amparoana (Ossenbach, 2009).  Después de la muerte de su esposo continuó como miembro de la junta directiva del Museo Nacional entre 1924 y 1932, posteriormente se dedicó más a las actividades de beneficencia. 

Desilucionada de la situación política de Costa Rica, partió a Honduras invitada por el arzobispo José de la Cruz Turcios y Barahona, donde continuó sus obras a favor de los más necesitados. Murió en Tegucigalpa, el 20 de abril de 1951. Años más tarde, sus restos fueron trasladados a Costa Rica.

Finalmente, el legado biológico y social de Amparo López-Calleja Basulto la convierten en la primera naturalista costarricense. 

Bibliografía

Caballero, A. O.  1982.  La mujer en el 95.  Editorial Gente Nueva.  La Habana, Cuba.

Coto, F. 1951.  Homenaje a Doña Amparo Zeledón.  Ministerio de Educacion. San José, Costa     Rica.
Diario de Cosa Rica. 1923.  Fallecimiento de don José C. Zeledón.  San José, Costa Rica.
Gómez, J.  1924.  José C. Zeledón. Homenaje a Don José C. Zeledón. Impreta y Librería Trejos    Hermanos.   San José, Costa Rica.  
González, P.  2009.  Un revolucionario mexicano en Costa Rica.  Áncora 36, Periódico La Nación. San José, Costa Rica.
Hammel, B. E., M.H. Grayum, C. Herrera  & N. Zamora.  2003.  Manual de Plantas de Costa   Rica, Volumen III.   Missouri Botanical Garden Press.  U.S.A. 
Hammel, B. E., M.H. Grayum, C. Herrera  & N. Zamora.  2004.  Manual de Plantas de 
Costa   Rica, Volumen I.   Missouri Botanical Garden Press.  U.S.A. 
Martí, J.  1992.   Antonio Maceo.  Obras Escogidas, Tomo III.  Editorial de Ciencias Sociales.     La  Habana, Cuba.
Obando, E.  2009.  La familia Odio en Costa Rica.  Un estudio genealógico.  San José, Costa  Rica. 
Ossenbach, C.  2009.  Orchids and orchidology in Central America.  500 years of history.  Lankesteriana 9 (1-2): 1-268.
Savage, J.M.  2002.  The amphibians and reptiles of Costa Rica.  A herpetofauna between two   continents, between two seas.  The University of Chicago Press.  U.S.A
Soto, J.L.  1976.  Galería de valores femeninos costarricenses.  Amparo López-Calleja Basulto de Zeledón.  San josé, Costa Rica. 
Stanley, P.  1952.   Doña Amparo López-Calleja de Zeledón.  Ceiba 3 (1): 68-69.